jueves, 5 de marzo de 2009

Imposible escapar

Mucho tiempo me rehusé a usar celular. La razón tal vez no podría explicarla muy claramente, pero tiene que ver con una renuencia a ser partícipe de una industria que crea una necesidad que antes no existía y que se vale de recursos cada vez más absurdos para seguir "creciendo". Por ello los teléfonos que en un principio daban el básico servicio de las llamadas, se han convertido en aparatos muy sofisticados que hacen un montón de cosas, la mayoría inútiles. Me sorprende cómo la industria se renueva con tal rapidez, y cada dos por tres salen a la venta equipos con "avances" tecnológicos antes impensables, que llevan a muchas personas a desear el nuevo teléfono en el que se pueden ver películas, televisión o que contiene imagenes y canciones de los "artistas" de moda.


Debo aceptar que existen celulares que resultan bastante útiles, para quienes, por ejemplo, necesitan conectarse a la red para ver su e-mail por cuestiones de trabajo o para quienes requieren de una agenda electrónica. Sin embargo el grueso de las personas que tienen celular, lo usan indiscriminadamente para estar "comunicado", pero por lo que veo y escucho en las calles, la gente suele usarlos para decir muchas cosas irrelevantes y en el peor de los casos para mandar mensajes carísimos y obtener un tono, o para concursar en un programa de televisión, de esos en los que hay que responder a una pregunta estúpida.


Bueno, pues desde hace algunos meses tengo un celular Movistar, y desde que lo comencé a usar me han llegado constantemente mensajes de promociones, generalmente del famoso "día Movistar". Sin embargo, hace dos días me llegó un mensaje que no leí por completo, pero que por las pocas letras que vi antes de borrarlo (lo borré rápido, rápido y con coraje) se refería a un chisme sobre una tal Rihana. Ayer me llegó otro mensaje, que me informaba sobre el próximo concierto de Enrique Iglesias.


De por sí estamos inundados de publicidad y de información hueca, y ahora debo soportar que me envíen cosas que no me interesan por celular. Es algo que me enoja mucho, porque comienzo a sentirme atacada por doquier por este tipo de cosas, y que por más que intento espcapar de ellas me persiguen a donde quiera que voy, a donde quiera que miro.


No me interesa la vida de Rihana ni escuchar a Enrique Iglesias. No quiero tener una tarjeta de crédito o de Wall Mart (me las han ofrecido más de 30 veces, por teléfono o en la calle). No quiero estar tan bombardeada por un montón de información estúpida y por un montón de publicidad. Pero por más que trato de escapar, siempre me encuentran...


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