sábado, 2 de julio de 2011

Moraleja

Los perros suelen dar varias vueltas antes de acostarse porque ponen en duda, incluso, el piso en el que están parados. A veces también rascan la superficie para sentir si existe o no lo que miran.
Si lo pensamos bien, se trata de una actitud muy precautoria e inteligente, porque el acto de dormir implica desvanecerse y "dejarse ir" a un lugar inmanente, abandonando por completo el cuerpo. Y los perros saben muy bien que todo el tiempo que duermen, su corporeidad corre peligro. Entonces, deben estar completamente seguros de que el suelo no los dejará caer hacia la nada, sino que los sostendrá sólidamente, al menos mientras pasean por sueños fuera de la realidad.
Los seres humanos deberíamos seguir su ejemplo, y asegurarnos continuamente de que la realidad es lo que los sentidos nos indican, corroborando con nuestras uñas, si es necesario, que lo que miramos u olemos está ahí y no se desvanecerá en cualquier momento.

3 comentarios:

Carlos dijo...

¡FABULOSO!...
[y memorable, como aquel post del cristal que te alejó de las moscas y te salvaba la vida]

Alandroide dijo...

Todas las mañanas, al despertar, rasco mi tesis para saber que no se desvanecerá en cualquier momento.

¡Sé feliz! :D

Anónimo dijo...

Buena reflexión, las grandes enseñanzas están tan a la vista que no las distinguimos.