viernes, 26 de junio de 2009

Reseña laboral ciceroniana

Pues estoy por fin trabajando. Me encanta la idea de que voy a recibir un pago mensual por hacer lo que más me gusta en el mundo, y no como ha ocurrido en los otros empleos que he tenido. Recuerdo que empecé mi “vida laboral” de niñera, cuando iba en primero de secundaria cuidando a mis vecinitas Itzel y Mitzi que, además, eran mis mejores amigas. Como yo soy unos tres años mayor, pues su mamá me encargaba que fuera por ellas a la escuela y que me quedara en su casa hasta que llegara de trabajar. Al terminar la semana me pagaba como 50 pesos, y corríamos, mis vecinitas y yo a gastarlo todo en golosinas.

Luego hice cosas como repartir volantes de conciertos (no era tan malo, porque al final terminaba vendiendo el papel por kilo, jeje) y trabajar de capturista (ese si que fue un martirio). Luego lo de las clases, que si me agrada bastante, pero es esporádico. Aún así, sobreviví prácticamente toda la licenciatura con el dinero justo para mis pasajes, y para comprarme mis tres o cuatro tazas de café diarias.

Ya recibí mi primer sueldo en mi nuevo empleo, y ahora tengo la tarea de investigar sobre el estatus jurídico de “pueblo” durante la época colonial y los cambios legislativos que se hicieron durante el siglo XIX en cuestiones territoriales y divisiones políticas. Se trata de un temototota que estoy comenzando a estudiar a través de artículos histórico-jurídicos, pa’ empezar, y luego ya, me voy a ir directamente a buscar los documentos que necesito. Aunque no son mis temas preferidos, me es muy gratificante poder aprender muchas cosas mientras trabajo.

Por ejemplo, ando viendo el origen teórico de la división entre república de indios y república de españoles en los reinos de Indias, y descubrí que Cicerón utilizó el concepto de República como un término para llamar a las sociedades regidas por leyes justas, regidas por la ley natural, que persiguen un fin común y cuyo titular de poder político es el pueblo. Todo esto está re chido, porque lo más que conocía de Cicerón era su definición de retórica, cosa que además ya casi ni recuerdo.

Bueno, pues toda esta situación está muy buena, porque ya llevo un tiempo encerrada sólo en mi tema de tesis, que es más bien en la década de los veintes en México, y pues me agrada bastante salirme de esas cosas un poco, hasta para distraerme y ser menos neurótica.

Además, como ya recibí mi primer sueldo corrí a comprarme unos libros, que ya estoy ansiosa por leer.

100_3601

miércoles, 24 de junio de 2009

Si yo soy bien buena onda!

Leyendo mis últimos posts me di cuenta de que debo parecer una maldita gruñona que odia absolutamente todo. Hablé de porqué odio la lluvia, de cuán estúpidas son las campañas electorales, de que me cagan las fiestas y de que soy una antisocial. Bueno, no puedo negar que muchas veces (no siempre) si suelo ser una antipática, pero al parecer ya me excedí en esto quejarme de todo.

La cuestión es que mi amiga Lila (Hola Lila!!!) me invitó a visitarla en Jalisco, y estoy muy emocionada por ir, pero como voy a ir a su fiesta de graduación me dijo que sentía llevarme allá, porque sabe que no me gustan las fiestas…

No Lila, no me gustan las fiestas, pero pues tampoco voy a estar ahí con jeta toda la noche, haciéndote la noche amarga… Digo, tampoco voy a ser grosera con nadie, o algo así. Por el contrario, estoy muy contenta porque voy a volver a verte, y me emociona harto conocer por allá, conocer a tus amigos colegas, pasarla bien juntas, etc. Si, soy medio mamila, pero puedes estar segura de que voy a estar muy bien y hasta voy a bailar uuuuuu!!!

Pensando en esto, me he dado cuanta de que tengo la extraña tendencia de ver el lado ridículo de las cosas. Oscar dice que seguramente veo todo como un gran circo, y sí, es que me cuesta trabajo tomarme las cosas en serio… Una muestra: ayer fui a un acto político encabezado por AMLO, aquí en mi barrio iztapalapense. Fui porque muero de rabia con la decisión del TRIFE, ya que es la cosa más descarada que he visto en mi vida. Yo digo que en unos veinte años voy a contar esta situación, y no me van a creer. Es que en verdad es de risa loca…

Bueno, pues pensaba postear una reseña del acto, con fotos y todo, pero para empezar mi cámara se atrofió, y luego de pensar lo que podría decir me di cuenta de que por más que intente voy a poner todo como una gran espectáculo de lo absurdo. Debo pensarlo mejor, porque por un lado me siento indignada por lo que pasó con la candidatura de Brugada, pero no pude evitar ayer fijarme sólo en las cosas más absurdas del acto en sí.

Es que era imposible no fijarme en cómo la gente iba como si se tratara de un espectáculo tipo lucha libre, en donde sólo van a gritar sandeces y a dejarse llevar por la masa. Ver cómo iban muchos de acarreados y los obligaban a hondear su banderita, y lo más absurdo: el Rafael Acosta “Juanito,” gritando y prendiendo a la gente como si fuera mascota de equipo de panbol. Ay, ya empecé…

Mejor ya, luego escribo algo más elaborado.

lunes, 22 de junio de 2009

La antisocial

Mi generación debió salir el año pasado, pero en realidad terminaron la carrera sólo como el 10% (o menos) de los alumnos, y me enteré de que armaron una fiestilla, justo en el momento en que ésta se estaba haciendo. La invitación me llegó vía mensaje cadena de hi5, y en ese momento sólo pensé que aunque la hubiera visto antes no habría ido, porque me cagan las fiestas. Pero eso de que nadie me invitara es sin duda una señal de que mi carácter antisocial es algo exagerado. Pero es que por más que quiero, no lo puedo evitar, lo mamila se me sale sin querer.

Recuerdo cómo una vez, un compañero de esos que tienen mil amigos y que todas consideran guapísimo, me dio una invitación tipo flyer para una “superparty.” Yo la recibí, y al salir del salón la arrugué y la tiré a la basura ; el tipo este venía atrás de mi. Por supuesto yo no me di cuenta, y se adelantó para decirme: “qué, ¿de plano así, la avientas a la basura?” No pude evitar sentirme algo apenada, y sólo le dije algo así como “es que ya sabía que no iba a ir porque no me gustan las fiestas.” Su cara fue de asombro. “¿Entonces qué te gusta?”

“Cómo que qué me gusta!!”

¿qué me gusta?

mmmm… No lo sé...

Pero volviendo al tema de mi carácter antisocial, y después de pensar en el episodio anterior, creo que mi problema para relacionarme con las personas está en que para llevarme bien con ellas sería necesario fingir; o sea actuar con entusiasmo ante cosas que pueden no gustarme. Como casi nada me gusta, pues me la pasaría todo el tiempo poniéndome la máscara de la “buenaonda.” Qué fácil habría sido decirle a este tipo “gracias, ahí nos vemos.” Luego disculparme por no haber ido, pedirle su teléfono y hacerme su amiga. Pero no, simplemente no puedo, porque no me da la gana hacer algo que no quiero sólo por conseguir la aceptación de alguien.

Me caga la gente así, que es capaz de hacer lo que sea por tener gente alrededor. Yo no soy la “buenaonda.” Soy sólo una pesimista, que no quiere tener más amigos que aquéllos con quienes puede burlarse siempre de la estupidez que está en todos lados.

sábado, 20 de junio de 2009

Educación Cívica y Ética

Ahorita debería estar preparando la clase pa’ mañana. Este año me enjaretaron la clase de “educación cívica y ética,” pero ahora me conflictúa pensar qué diablos voy a decirles mañana a mis alumnitos pubertos yo, una escuincla irreverente que al leer el programa sólo piensa en lo absurda que es esa materia. Es que es imposible que yo vaya y les diga que la familia es la base de la sociedad, y que la familia “normal” es la que está compuesta por papá, mamá e hijos cuando más bien me dan ganas de hablarles sobre las sociedades de convivencia y el derecho que tienen a la interrupción legal del embarazo.

Cómo diablos voy yo a decirles que hay diferentes tipos de normas: jurídicas, morales, RELIGIOSAS, y de “trato social.” O sea, el pedo está en explicarles que “las normas morales son los preceptos dictados por Dios a los hombres, y su violación está sancionada con el castigo.” Oh, no!!! Para empezar no puedo decirles que Dios (con mayúscula, pfff) dicta normas, ¿pero además decir que “a los hombres”? válgameee. Lo siento, me sale lo feminista por los poros, y eso de andar cambiando “ser humano” por “hombres” va contra lo que creo. Ahora, cómo voy a decirles que “las normas de trato social son las que se refieren a la urbanidad, al decoro, al vestido y muchísimos más aspectos,” cuando yo me recuerdo a esa edad vestida como piñata, con los pantalones más mugrosos del mundo,  brincando en las mesas y eructando de la manera más escandalosa posible. Simplemente no creo que el vestido, por lo menos a su edad, sea un límite para su trato con la sociedad, y por el contrario, me agrada ver que mis alumnos se vistan de la manera más extravagante posible, porque eso me deja ver que por lo menos están en busca de su identidad.

Lo peor viene cuando tengo que hablarles sobre “el carácter de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,” y decirles que “nuestra Constitución, llamada también código supremo, carta magna, norma fundamental y ley suprema, es la columna vertebral de la vida de un pueblo,”cuando en realidad me gustaría hablarles de la conformación del Constituyente de 1917 y del espíritu anticlerical de la revolución. Decirles cómo los Constitucionalistas tuvieron que absorber las demandas populares y retomar cosas del villismo y el zapatismo para poder construir un proyecto de nación que fuera coherente con el movimiento revolucionario, pero finalmente se terminaron creando organizaciones obreras y campesinas para controlar esos movimientos populares. Hablarles de la conciliación entre la Iglesia y el Estado en 1929, y de la educación socialista del cardenismo, de la CROM y la CNC. Del PRM y sus cuatro organizaciones fundamentales. Luego, hablarles del nacionalismo cultural y de la invención de la nacionalidad mexicana…

Parece más complicado. Además, luego de 10 minutos probablemente se aburran. Chale, mi pedo es que todo lo quiero explicar con historia. Es que, ¿si no saben historia, cómo pueden darse cuenta de por qué diablos les hablan ahora de cosas así? De que la Ley y la Justicia rifa en México, México ra ra ra!!! Más bien quiero hablarles de cuán estúpidas son las campañas electorales, y de porqué la televisión apesta. De que la moral nunca es una y de que la educación va tomando cada vez mas tintes religiosos.

Bueno, veré qué puedo hacer. Además mañana me despido de ellos (snif!). Lo bueno es que, atendiendo a los Artículos 6 y 7 de la Constitución (ah!!! qué buena maestra de civismo soy yo, pa que vean), soy una ciudadana con libertad de expresión y de pensamiento, que además enseña en una escuela laica (Artículo 3), por lo que puedo ir a decirles que vivimos en un mundo en el que no existe una verdad, y que pueden (y deben) cuestionar absolutamente todo lo que les digan. Les diré, como siempre hago, que no me crean nada, y que siempre duden de todo lo que oigan, eso si, creándose un juicio propio.

No importa que digan incoherencias, si es que son sus propias incoherencias. Así soy yo, siempre diciendo sandeces…

(chales, no deberían pagarme por eso).

martes, 16 de junio de 2009

Ciudadanía de morondanga

Cómo diablos quieren que les crea el cuento de la democracia!!!

Hace apenas tres años que estrené mis derechos políticos. Me los otorgó el señor Estado, representado por un burócrata de corbata que al parecer tenía prisa, ya que mientras yo esperaba que me leyera un sobrio documento que me explicara claramente mis obligaciones y mis derechos, así como el número de representantes que hay en el ache ache poder Legislativo y los mecanismos de gobierno, ese señor solamente me pidió mi firma, y sin verme a los ojos agarró mi dedo índice para aplastar (APLASTAR) mi dedo en la credencial de elector. En ese entonces no le di mucha importancia a ese abrupto nacimiento a la ciudadanía, y más bien sentí cierta emoción política, porque podía ver en mi credencial la síntesis perfecta del proceso histórico que viene desde la revolución francesa. Ni siquiera me importó la horrible y borrosa foto infantil, porque después de todo ya, por fin, podía sentirme una individua autónoma y consciente de mis decisiones.

Mi inauguración en el ejercicio electoral fue la primera, pero no definitiva desilusión. Desde las campañas del 2006 ya sentía un enorme coraje por los estupidísimos mensajes de los candidatos. Pero ¿qué van a hacer ellos en el poder? me preguntaba, mientras lo único que veía por todos lados eran descalificaciones y acusaciones, así como mensajes de lo más patéticos y catastrofistas. Voté de todas formas. Me hicieron creer y al final, el gran movimiento por la transparencia electoral valió un cacahuate.

Bueno, bueno, hicieron sus reformas electorales…

El pedo es que ahora he transitado por varias etapas. Al principio, desde antes que comenzaran las campañas, sabía que lo que quería era anular mi voto. Para mí esa era la mejor manera de expresar mi descontento hacia la mentada “democracia representativa.” Luego de unas semanas, y tras ver que las estadísticas favorecían, primero que nada al PRI, luego al PAN y por último al PRD, que se avizora un enorme crecimiento del PV y que el que va peor es el PSD, pensé básicamente dos cosas:

a) la gente es pendeja.

b) si anulo mi voto, es contribuir con que esos sean los resultados (en términos de “hechos,” porque no existe la figura jurídica de la anulación).

Estaba convencida de que quería votar, hasta ayer. Caminando por las marginales calles de Iztapalacra, mi barrio, me encuentro con un volantito muy bien impreso, pero sin autoría, sobre la resolución del Tribunal Electoral. Decía que se debía retirar la candidatura de Clara Brugada a Jefa Delegacional. Mierda! Luego oigo sus declaraciones en el radio: muy indignada dijo que eso no era posible, con una asamblea legislativa en el DF de “izquierda” (léase pejista). Bueno, el pedo aquí es que en teoría las resoluciones deben ser neutralessssss!!! Soy ingenua, lo sé, al creerme a la letra lo que dicen las “formas.” Pero es una ingenuidad bonita, así como cuando crees en los Reyes Magos…

Por lo pronto estoy en el proceso de decidir qué haré… Creo que lo más conveniente por el momento es mentarle la madre al “sistema.”

“Sistema, donde sea qué estés, chinga tu madre!!!”

viernes, 5 de junio de 2009

Remember Mayo


Mis últimos días de estudiante con credencial, tira de materias y un sandwich en la mochila están por acabar, aunque realmente podría decir que llevo ya un semestre fuera de la escuela, dado que sólo tomé cuatro barco-materias (excepto "Historia y política") a las que falté constantemente. No presento ningún signo de nostalgia o algo por el estilo, y más bien por el contrario, sentía gran pesar cada mañana que debía aparecerme en la "fac," y ya no me quedan muchas ganas de ir. Recuerdo ahora cómo mi primer día de clases sentí gran emoción al llegar bien temprano a mi clase de "Introducción a la historia," pero dado que en aquél tiempo no sabía ni qué era historiografía la verdadera felicidad fue acercarme a la imponente Biblioteca Central. Pensaba que ahora sí debía tomarme las cosas en serio porque ya era tiempo de dejar atrás el desmadre adolescente preparatoriano, y aunque no sabía bien qué diablos hacía ahí (sólo sabía que quería "saber muchas cosas"), sí estaba segura de que debía "echarle ganas."
Ahora que estoy por salir de la "fac" (lo que no implica que ya no vaya de vez en cuando a ese lugar), la situación se pone tensa-densa: hace unos meses hubo un conflicto fuerte durante la estupidísima "quema de burro", algunos compañeros murieron en un campamento de las FARC, se habla seriamente de la necesidad de sacar a los ocupantes del auditorio Che Guevara-Justo Sierra y la última ("extra extra") es que acaban de balear a un tipo en el estacionamiento y apenas ayer se llevó a cabo un operativo para sacar a los vendedores que se aglutinan diariamente en la entrada. Mmmm...
Pese a las opiniones que salen a la luz cada que se sucita un conflicto en mi escuelita, de esas en las que se cuestiona la utilidad de la filosofía, las letras la historia, etc. porque no responden a la dinámica económica, y dicen que quienes ahí esudiamos somos sólo una bola de ociososmugrososmarihuanos, yo me siento profundamente agradecida con la institución y hasta siento rugir en mi corazón azul y oro al Puma que llevo dentro jaja! No ya en serio, es realmente deplorable que se digan tales cosas, que exista un desdén hacia el humanismo por alejarse de la lógica del mercado. En realidad es algo tan relevante, que trasciende esos intereses.
Como sea, este mes tuve una excelente oportunidad laboral. La perdí casi tan rápido como llegó, pero estuvo bien, porque inicié este mes de Junio con una mejor oferta. Soy una asalariada yepa yepa yepa! (Silverio dixit). Ahora sólo me queda seguir escribiendo la tal tesis que espero terminar antes que acabe el año.
Así como dijo Sartre que somos arrojados al mundo en el momento que nacemos, al salir de la universidad me siento como una indefensa jovencita cuya amniótica seguridad formativa se acaba para dar lugar al agresivo mundo real. Aunque parece que empecé con el pie derecho.