jueves, 2 de julio de 2009

Remember Junio y confesión

Este mes pasó como una especie de vuelta atrás en el tiempo. Por un lado la muerte de Michael Jackson trajo consigo un boom de come back 8Os que me ha hecho recordar, como si me dieran una patada en el estómago, que yo nací justo a la mitad de esa década de superficialidad al extremo. Por otro lado la noticia del golpe de Estado en Honduras me trasladó más atrás aún, por allá por la década de los setenta, en que ese tipo de noticias parecían menos anacrónicas…

Cuando me enteré de la primera noticia (esto es una confesión vergonzosa) sentí cierta alegría por la muerte de un pederasta. Luego no pude evitar ver videos y oír música de Michael Jackson, porque la noticia de su muerte absorbía muchísimo espacio en los medios. Eso me hizo pensar en que tal exageración no podría ser más que un distractor, pero bueno, es innegable que mucha gente quería saber cosas sobre ese personaje tan representativo de una época. Ahora, después de tal bombardeo, he llegado a la conclusión de que el tal Michael era un verdadero genio del “pop.” Creo que sus coreografías con alusiones tan claramente sexuales, pero que resultan ambiguas y hasta “inocentes” con esa figura tan andrógina (a diferencia de, por ejemplo, el movimiento de caderas de Elvis), acompañadas con bailes que se salen de todo canon dancístico al mismo tiempo que parecen confundirse con otros bailes establecidos y sobre todo, reforzadas con una imagen llena de elementos únicos (calcetita blanca con holanes, guantecito con brillitos, pantaloncitos ajustados, etc.), fueron la fórmula perfecta para una generación nacida para el consumismo.

Debo decir que he disfrutado de sus videos, y ya hasta compré la recopilación que hicieron los microempresarios que trabajan en el metro (yo digo que esas personas han de tener una maestría en mercadotecnia), que aunque no se ve tan bien, me ha hecho pasar una hora amena haciendo un homenaje casero a ese ser cuasihumano, cuasialien y cuasirobot que dice mucho de la “cultura” gringa.

Luego lo de Honduras, que significa para muchos una especie de retroceso en el “avance hacia la democracia” sólo me ha hecho pensar en que la inestabilidad política debe tener a los hondureños “con el Jesús en la boca” (jejeje!!). Les importe o no la política, a todos los habitantes les afecta en mayor o menor medida esa situación, en cosas tan simples como ir al trabajo, a la escuela, o hasta para estar en sus casas, porque según sé les cortaron los servicios unos días. La cuestión es que todo es por el momento muy confuso: el presidente Zelaya comenzó siendo de derecha pero luego se volvió de izquierda (¿en serio?), se acercó a Chávez y a Fidel y pretendía darle más poder al pueblo, pero el congreso se dio cuenta de que quería reelegirse y lo echaron del país, ayudados por el ejército. La ONU, por su parte se manifestó en contra del gobierno de facto y ningún gobierno reconoce al tal Micheletti. Ante esto yo sólo puedo decir que no sé nada. La confusión, como siempre, arremete en contra mía, y peor aún en estos tiempos en que me dijeron que lo que rifa siempre es la decisión del pueblo (ajaaaaa!!!).

Mientras, aquí en México estamos a punto de tener elecciones, y la confusión no se me va. Me caga la clase política, eso que ni qué, pero hay unos que se me hacen peores que otros, como el tal Demetrio Sodi que es todo un pelmazo. Por eso sí voy a votar, pa’ aplicar esa del “menos peor,” porque la neta dejar a los panistas y priístas así nomás a que se unan sin nadie que les ponga aunque sea un “pero” chiquitito sí está bien suicida. Además, ese pedo de la anulación masiva no tiene un verdadero peso en la toma de decisiones (pase lo que pase van a decir que México es democrático), además de que sólo va a darle argumentos a las fuckin televisoras para que se eche atrás la reforma electoral.

Y ahora va la confesión de este post: voy a ser funcionaria de casilla. Acepté por dos cosas:

a) la cosa se pondrá interesante aquí en Iztapalapa. Quiero presenciar los desmadres y quiero ver cómo los observadores de los partidos se ponen perros perros. Ojalá se peleen aunque sea un poquito…

b) todavía creo un poquito en las instituciones.

Ahora sólo espero que no llueva tanto ese día, porque me caga la pinche lluviaaaaa. Y peor ahora que por culpa de este clima se enfermó de tos mi perrito (y tuve que desembolsar doscientos pesos de sus inyecciones).

                                100_1957

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